domingo, 24 de febrero de 2013

El PLACER DE COMER DE TAPAS

La Real Academia de la Lengua define la tapa como
 “cualquier porción de alimento sólido capaz de acompañar una bebida”.

Interpreta, por tanto, que la tapa se come porque se está bebiendo. La segunda manera de verlo, RAE aparte, es que se pida la bebida para acompañar a las tapas que estamos degustando. Podríamos decir que la primera definición es “la antigua”, y la segunda es la actual, donde pedimos las tapas para disfrutar de ellas, incluso comer o cenar solamente con tapeo, y para beber, pedimos un vino, una cerveza o cualquier otra cosa. 
En el Restaurante Portichuelo tenemos muchos clientes que participan de la segunda manera: vienen a disfrutar de un variado tapeo, y piden la bebida que les acompañará. 



Pero el que crea que el tapeo es algo moderno que eche un ojo al Quijote, donde leerá que se ofrecían “unas cuantas rajitas de queso de Tronchón, que servirán de llamativo y despertador de la sed”. 
Ese “llamativo” del que hablaba Cervantes, es lo que hoy llamaríamos aperitivo y su misión era que el cliente bebiera. 
Actualmente, se encuentra cierta semejanza con lo que escribía Don Miguel, y se da en llamar “aperitivo” si lo invita la casa por cortesía al pedir una bebida y “tapa” cuando ya implica cierta preparación y es de pago



Podemos irnos aún 300 años más atrás que Cervantes para dar con lo que parece ser el nacimiento de la tapa. El rey Alfonso X, que para eso pasó a la Historia con el sobrenombre de El Sabio, decretó que no se sirviera vino en mesones y posadas si no era acompañado con algo de comida.


Así se evitaba que el alcohol se subiera a la cabeza, lo cual originaba peleas y desmanes. Por tanto, podemos decir tranquilamente que los españoles llevamos tomando tapas desde el siglo XIII.  En este tiempo,  hemos pasado del pedazo de queso con pan a exquisitas preparaciones que hacen que se hable de la tapa como concepto para comer o cenar, de la misma manera que hablamos de un menú, o de una carta.
La práctica del tapeo genera amistades y buenos ratos, y favorece las relaciones sociales. De hecho, hay empresas que tienen reservado un día a la semana para comer o cenar de tapeo y de pie en la barra para disipar tensiones entre su personal. En Restaurante Portichuelo agradecemos mucho los grupos de clientes que vienen a tapear porque transmiten alegría y “dan vida” al establecimiento.
El origen de la palabra “tapa” viene de mano de otro rey Alfonso, en este caso Alfonso XIII, al que se le adjudica la leyenda de una visita por Cádiz y una parada en una Venta para descansar. Allí le sirvieron una copa de vino con una loncha de jamón tapándola. Le explicaron que lo servían así para que el fuerte viento de Levante no llevara arena dentro del vaso. Al rey le gustó tanto la combinación que pidió otro vino “con la misma tapa”.

¿Cuál es tu idea para conseguir la tapa perfecta? ¿Cuál ha sido la mejor tapa que has tomado? Esperamos vuestras respuestas y comentarios  

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